Tras estudiar fotografía en la Universidad de Columbia, en la que tuvo como profesor a Clarence Hudson White, inició su carrera como retratista de estudio. Con la crisis de 1929, su compromiso cívico y social la impulsó a salir a las calles de San Francisco para reflejar mediante sus fotografías la insostenible situación de los más desfavorecidos.
Pronto sus impactantes imágenes sobre las víctimas de la Gran Depresión llamaron la atención del grupo de los fotosecesionistas y de la opinión pública en general, lo que le valió ser llamada por el Gobierno como voz gráfica de la conciencia americana. En 1935 la Farm Security Administration (FSA, Administración para la Seguridad Agraria) la contrató, junto a otros fotógrafos, para documentar los estragos que la gran recesión de los años treinta había causado en la América rural.
Las imágenes fueron reunidas en el libro An american exodus: a record of human erosion (El éxodo americano: un documento sobre el deterioro humano, 1939, en colaboración con P.S. Taylor). Una de las fotografías más destacadas de ese crudo reportaje fue Madre emigrante (Migrant Mother, 1936), retrato de Florence Owens Thompson y tres de sus hijos en el campo de Nipomo (California), que quedó como expresivo icono de la íntima desesperación y la infinita tristeza de miles de familias desamparadas.
En su conjunto, El éxodo americano refleja aquella misma patética realidad que John Steinbeck describió en Las uvas de la ira (1939). Fotógrafa del inmigrante, del pobre y del desplazado, Dorothea Lange recogió también en su obra las impresionantes escenas de las detenciones de americanos de origen japonés en los inicios de la Segunda Guerra Mundial, y realizó trabajos para varias revistas en América Latina, Asia y África.
A principios de marzo de 1936, Dorothea Lange pasó junto a un letrero que decía “CAMPAMENTO DE PEA-PICKERS”, en Nipomo, California. En ese momento, ella trabajaba como fotógrafa para la Administración de Reasentamiento (RA), una agencia gubernamental de la era de la Depresión formada para crear conciencia pública y brindar ayuda a los agricultores en dificultades. A treinta kilómetros por el camino, Lange reconsideró y volvió al campamento, donde se encontró con una madre y sus hijos. “Vi y me acerqué a la madre hambrienta y desesperada, como atraída por un imán”, recordó más tarde. “Ella dijo que habían estado viviendo de vegetales congelados del campo circundante y pájaros que los niños mataron”. Lange tomó siete exposiciones de la mujer, Florence Owens Thompson, de 32 años, con varias combinaciones de sus siete hijos. Una de estas exposiciones, con su enfoque centrado en la cara de Thompson, la transformó en una figura similar a la de Madonna y se convirtió en un icono de la Gran Depresión y una de las fotografías más famosas de la historia. Esta imagen se exhibió por primera vez en el Museo de Arte Moderno en 1940, bajo el título de Pea Picker Family, California ; en 1966, cuando el Museo realizó una retrospectiva de la obra de Lange, había adquirido su título actual, Madre Migrante, Nipomo, California .
También es bastante conocido, ahora, su trabajo sobre los campos de internamiento de ciudadanos norteamericanos de origen japonés, realizado en la década posterior de los años 40, durante el periodo de la segunda Guerra Mundial, y que, en su momento, fue censurado por la Autoridad de Reubicación de la Guerra. Un trabajo que pone al descubierto las miserias y paranoias conspirativas de las élites del poder de su país.
Mi enfoque se basa en tres consideraciones: Ante todo: ¡Manos fuera! Aquello que yo fotografío, no lo perturbo ni lo modifico ni lo arreglo. En segundo lugar, un sentido del lugar. Lo que yo fotografío, procuro representarlo como parte de su ambiente, como enraizado en él. En tercer lugar, un sentido del tiempo. Lo que yo fotografío, procuro mostrarlo como poseedor de una posición dada, sea en el pasado o en el presente. – Dorothea Lange –